viernes, 20 de julio de 2012

No quiero sol

Soy gota de lluvia cayendo en mar embravecido,
mi esencia fundida en las olas.
Soy agua inquieta, trozo de cielo, pedacito de nube,
en viaje constante a ninguna parte.

Llevo en mí la tristeza de una lágrima,
la soledad y melancolía de los días sin sol,
¿será por eso que no me gusta el calor?


En tonos grises dibujo mi camino,
soñando, siempre soñando,
y en soledad.


Busco mañanas frescas y atardeceres sombríos,
escucho en la brisa murmullos del otoño tardío,
¿será por eso que no quiero sol?


La luz me quema, me ciega, me anula,
la luz señala, dejándome sin salida ni refugio.
La luz calienta, asfixia, derrite, escuece, hiere y mata…,
No quiero sol.


Solo migajas, rayitos juguetones,
lejos, muy lejos en el infinito azul,
altos, muy altos, tenues, blanditos y risueños.
Solo esos, y nada más.


Soy gota de lluvia, suave caricia en tu rostro ya mojado,
soy tibia, soy dulce, soy yo,
Pequeña, pero todos los colores de las flores caben en mi interior.


Todos los sonidos del campo, todas las voces, los cantos, las risas de los niños.
Y todas las olas del mundo, absolutamente todas, las contengo en un solo punto.


Soy gota de lluvia en un mundo de sol.
El aire es limpio cuando viene del norte,
me sopla al oído, me refrescan sus cosquillas.
Si respiro, vivo. Si sueño camino. Si caigo, me acoge el mar.
Soy mucho más que todo, soy yo.
Y no quiero sol.

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