martes, 7 de agosto de 2012

Luna llena

Dicen los esotéricos que la luna llena afecta al comportamiento y aducen como razón que en las noches de luna llena se producen más actos anómalos por parte de las personas con problemas mentales, que hay más crímenes y más suicidios.


Tal vez, pero en foros más científicos, la explicación es más sencilla: las noches de luna llena son más luminosas, provocan más insomnio y hay más actividad (de cualquier tipo) que en una noche normal. Por estadística, algún comportamiento anómalo tiene que haber.
Tampoco existe mucha evidencia científica de que por ejemplo el pelo crezca más fuerte si se corta en una noche de luna llena, aunque supongo que a las peluquerías que han decidido aprovechar el filón abriendo esas noches, estarán encantadas. 

En cualquier caso, no seré yo quien niegue la capacidad de atracción que ejerce ese blanco satélite enmedio del cielo. Me imagino a nuestros ancestros, sentados alrededor del fuego y observando la luna, inventando historias tal vez, esas que más o menos transformadas han llegado a nuestros días. ¿En qué pensarían? No lo se, pero experiencias como esas son las que en definitiva nos hacen humanos y nos convierten en parte de un todo, y las que nos recuerdan nuestra insignificancia.

Eso es lo que pensaba yo cuando saqué esta foto desde la ventana el año pasado por estas fechas. Hoy la he visto y me he acordado de esa sensación de dulce abandono.

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