lunes, 6 de agosto de 2012

Pues te vas...

Soy extraña de mi misma,
extranjera en mi hogar,
vivo la vida de nadie,
ocupo un espacio cedido,.
ajeno a mi intimidad.
 
Respiro en cuatro paredes,
me ahogo en la soledad,
escucho tras los cristales
y sólo veo el infierno
del día que nunca llega.

Mi vida pasa de largo,
el murmullo es grito ya,
las voces tras los cristale,
la puerta cerrada y
el corazón sellado.

Quien tenga la llave, cerrajero
¡que se acerque!,
el que tenga agallas si existe
¡que venga!.
No espero, ni quiero ni puedo.

Comienza otro día
y nada de nuevo.
Las sábanas frías y
el corazón sellado.

Me ahoga el espacio,
cerradura sin candado.
Que alguien me busque,
que pronuncien mi nombre,
que digan palabras,
sonrisas regaladas.

Sueño con el fuego
en la calma del hogar
de estas cuatro paredes,
no hay sitio para nada más.

Espero y espero.
Es duro el camino
y duro el final
Entre las cenizas
de lo que puedo ser,
la realidad del nunca seré.

Pido una tregua,
un instante sin confusión,
crepita en el fuego
el rescoldo, la chispa que
no prende.

Respiro este aire
mil veces respirado,
mis paredes se caen,
el techo da vueltas,
resisto y me enfado.

Todo es igual,
nada ha cambiado.
Perdona si al mundo
mi fe le he negado
Demasiado desprecio
bajo tan poco techo.

Columnas de hueso,
endeble soporte para
mi corazón dormido.
En mis cuatro paredes
se consume mi tiempo,
nadie acude, nadie grita mi nombre
aunque escucho atenta
y mil voces escucho
pero ninguna es la cierta.

Recurro a las mentiras,
tristes compañeras,
me miento a mí misma,
te miento y les miento,
sonrío con pena.

Por salvar mi honor
pierdo mi salvación
Escucha vida,
¿qué te he hecho yo?

Triste es el recuerdo
de quien no tiene recuerdos.
Mis aliadas se han ido ya
Sola en este vacío,
sin sostén protector,
me siento flor de un solo día,
amargo limón recién exprimido.

Bajo por mi autoestima
y subo por la locura,
hay voces en mi cabeza.
Anhelo una alegría,
un oasis, un puerto,
obviando el sinsentido
de un destino inmerecido.

Soy luna en la noche,
fría y sola,
admirada pero sola,
estrellas ante mí,
versos de poetas
enamorados siempre de otra.

Fría y sola,
Blanca, pura y sola,
y sin un Julio Verne.
Rechazo el frío mañanero,
lo combato,
pierdo y gano.

Busco ensanchar
horizontes,
traspasando límites,
expandiendo el alma,
pero la paz no llega.

Y tras el alba, el crepúsculo,
todo sigue igual.
¡Escúchame vida!
¡Escúchame ya!
No soy sueña de mi vida,
sólo de mi corazón,
vivo una vida prestada.

El sol ya se puso, la verdad
ha comenzado,
el juego imposible
con mi otro yo.
Vivo, respiro y duermo
en cuatro paredes,
mis ojos antes despiertos,
ahora tristes y ojerosos
mi piel…

En este carrusel
dónde yo no me monto,
otros montaron ya.
En estas cadenas sin diversión,
nadie me da vuelta,s
nadie se fija en mí
y en mi ilusión.

Busco y rebusco, sueño,
contemplo el mar en mi
cabeza,
el cielo en mi cabeza,
soy luna en noche oscura.

Cortinas que me ocultan
tras esos cristales, la vida.
Tengo afán por conseguirlo
cuando nada espero ya,
soy esclava de esta vida
hipotecada mi ilusión,
y roto o casi
mi poco sentido común.

Si pudiera rezar
o supiera nadar
todo cambiaría.
Un poco de confianza
en el futuro,
revisión del contrato,
soy inquilina en esta
casa,
llave sin cerradura,
tengo pero no tengo.
¡Pues te vas!

(...)

El poder de las palabras.

Es cierto que pueden herir
más que una espada.

Tan dolorosamente cierto.

(03-05/01/03)

No hay comentarios:

Publicar un comentario