miércoles, 1 de agosto de 2012

Al final me van a derribar

Tengo mis sueños aunque ya no tenga ilusión,
porque el tiempo con mi vida se escapa,
cogidos de la mano, ¿quién los atrapa?
más difícil que agarrar una canción.

Más complicado que tejer sin lana
es encontrarle un sentido al camino,
en ello ya llevo un cuarto de siglo
y aún queda llorar la primera cana.
Maldigo a los que a mí me echan el barro,
con su peso no se puede caminar
ni proseguir hasta conseguir un claro.
El gélido viento querría amainar
porque me duele en el pecho. Declaro:
“amor, vida” pero me van a derribar.


(...)


Al final lo van a conseguir: me van a derribar.
Yo no  quisiera caer pero siempre han sido más fuertes
y luchar no puedo casi por debilidad o por temor.
Amargo fracaso será el conjunto de mis acciones
si no lo ha sido ya el total de mis frustraciones.

Camino yo sola al lado del río,
ni el agua me escucha en esta parte del camino.
Quisiera reír y quisiera llorar
pero nada me importa porque todo da igual.

El amor, ¿dónde está? Ese que dicen los tontos poetas,
ése que cantan en lindas canciones.

Al final acabarán conmigo y ni remordimientos tendrán.
Solitario como ha sido el viaje, la despedida también será.
Nadie lo sabrá nunca, ni preguntarán siquiera,
será como esa hormiga que en malhora su destino
cruzó con tu zapato

La conciencia tendrán tranquila
aunque una vida hayan destrozado
¿a quién importa? mil cosas hay más relevantes

El dulce sabor de la miel que nunca probarán mis labios
ojalá que en sus gargantas se pudra y fructifique,
hongos ponzoñosos que ultrajen sus tejidos,
úlceras punzantes que les hagan gritar.

Quiero que sufran, quiero que clamen piedad.
Les odio, les odio…
…Pero al final me van a derribar.


(22/12/94)

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