martes, 20 de diciembre de 2016

Morlo

El viejo Morlo,
tu presencia impone,
¡ay! dueño y señor.
Meciéndose al viento, tu bigote, tu barba,
tus espesas cejas.
Fuera de todo, fuera del tiempo,
silbando entre hojas,
mirándome como sólo saben mirar
los que fueron testigos de todo,

jueces de nada.





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