viernes, 4 de enero de 2013

Los Reyes Magos

La primera aparición de los Reyes Magos de Oriente como visitantes del niño Jesús recién nacido data del evangelio de Mateo pero en él no se especifica ni su número ni su procedencia. Sí se mencionan en cambio los regalos ofrecidos (oro, incienso y mirra) que pudieron dar luego origen a la leyenda de que eran tres los portadores.

Los Reyes Magos tal y como los conocemos en la actualidad no aparecieron hasta el siglo IV y su número fue establecido oficialmente por el Papa León I en el siglo V. Más tarde se les asignaron los nombres por los que hoy son conocidos. La costumbre que se celebra en muchos países de tradición católica convirtiendo a los Reyes Magos en portadores de regalos para los niños es aún posterior.

Estos tres reyes representarían a las tres razas y continentes conocidos en la antigüedad: Asia, Africa y Europa, y también a las tres edades del hombre: joven, maduro y anciano, aunque no se empieza a representar a uno de ellos como de raza negra hasta bien entrado el siglo XIV. La razón sería tratar de universalizar la fe haciendo que unos extranjeros reconozcan al niño como el verdadero hijo de Dios.

Por cierto, el adjetivo de magos no hace referencia a ningún tipo de magia (reprobada en la Biblia y contradictoria con  la fe cristiana) sino que se utiliza en su acepción de hombres sabios.

En cuanto a los regalos:

  • El oro es un símbolo de la realeza
  • El incienso es un símbolo de divinidad
  • La mirra se empleaba para embalsamar a los muertos, así que es un símbolo de la humanidad de Jesús y por tanto de su mortalidad.

En la catedral de Colonia, Köln Alemania, se encuentra el relicario que supuestamente contiene los huesos de los Reyes Magos y que anteriormente habían estado en Milán. Se trata de un cofre de oro situado tras el altar. La catedral fue de hecho construida para albergar tan importantes restos y de paso acoger a las inevitables peregrinaciones que tales reliquias produjeron.

Independientemente de creencias religiosas, es indudable que los Reyes Magos cuentan con una tradición milenaria, forjada paso a paso en la cultura mediterránea a la que pertenecemos. No puede haber mayor contraste con otras figuras creadas artificiosamente al abrigo de intereses diversos, cuyo máximo exponente puede ser el barrigudo abuelote que prácticamente se inventó en el siglo XIX y que debe su apariencia actual a una conocida marca de refrescos. La dicotomía está clara: Tradición vs Marketing.

Además, no hay Belén que se precie sin esas figuritas viajando en camello, y esperemos que a Benedicto no le de por eliminarlos como ha hecho ya con los simpáticos animalitos, la mula y el asno. Aunque en su libro, si que haya creado cierta controversia al decir que los Magos no venían de Oriente sino de Tartessos (la actual Sevilla). Pero si la disyuntiva va a estar entre enviar la carta de los Reyes a Alemania o a Sevilla y olé, pues hombre, no hay color. Tal y como están las cosas, de Alemania no puede venir nada bueno.

¡¡En cualquier caso que os traigan todo lo que hayáis pedido, venga de dónde venga!!

Yo por si acaso voy a escribir mi carta, toda ayuda es poca.



"Queridos Reyes Magos:

Siempre me ha parecido sumamente descortés escribir a alguien solamente para pedirle algo y luego no volver a acordarme. A mí desde luego no me gustaría tener un amigo epistolar así. ¿Qué clase de relación unilateral es ésa? Una que funciona bien si una parte es generosa y la otra no tiene concienca.

Tal vez por eso hace tiempo que no os escribo, porque no me gusta parecer ruin (¿he escrito éso? quería decir que "no quiero ser ruin" claro).

En cualquier caso, la tradición manda y aquí estoy, y aquí también, mi lista de regalos que envío a vuestra consideración ya que he sido razonablemente buena.

Este año quiero:
  • Un pincel mágico que pinte sonrisas cuando la tristeza intente cobrarse una víctima y una goma de borrar ceños fruncidos
  • Un arcoiris metidido en una caja que pueda sacar a voluntad cuando lo necesite
  • Fósforo para que mi memoria pueda recordar siempre los buenos momentos y quemar los malos
  • Un vasito de agua para cuando la soledad me lleva de paseo al desiero, y un mapa para poder volver sana y salva
  • Una fogata de campamento para cantar y escuchar historias y una guitarra para cantar y que me canten canciones, ¡ah! y zapatos de baile porque gastaré los que tengo.
  • Una libreta de cien mil hojas para escribir los nombres de las personas que quiero y querré algún día
  • También necesito un alfiler para pinchar los culos de los que no se levantan cuando hace falta
  • Y por favor, por favor, convertid el telediario en un programa de ficción.
Y a mi rey favorito, Melchor, que algún día me deje tirar de esa barba blanca para ver si lo que hay debajo es lo que me imagino".



Paz y amor para todos. Comienza un nuevo año, sigue la lucha. Merece la pena. Siempre merece la pena.

Para los que me habéis acompañado en el 2012, mil gracias. Existir es el mejor regalo.






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