martes, 7 de febrero de 2017

El pozo y el corazón

En el centro del bosque hay un pozo,
es un pozo profundo, más de lo que pudieras pensar.
El pozo no tiene agua, se secó hace mucho
como las lágrimas de un antiguo amor.
Y así,, como un ojo de pestañas verdes siempre está abierto
contempla impávido un trocito de cielo.

Los seres que habitan el bosque conocen el pozo y lo ignoran por inercia,
lo rodean al pasar.
Tan solo los pequeños duendes lo usan a veces en sus travesuras,
cuando tras una incursión en las casas humanas
 que aprovechan para llenarse los bolsillos con fruslerías robadas,
se entretienen después lanzándolas una a una al fondo infinito,
con el oído atento,
esperando escucharlas al aterrizar.
Se tumban boca abajo alrededor  con la cabeza colgando en el vacío,
intentando ver el fondo que les tienta.

Los duendes no pueden evitar llevarse las cosas que les gustan
siempre que quepan en sus bolsillos,
luego se entretienen con ellas un rato y cuando finalmente se aburren,
siempre se deshacen de su botín.
Nunca se quedan con nada, no saben de posiciones duraderas
no saben lo qué es eso,
ellos sólo juegan y ríen y duermen y vuelven a jugar, inconscientes.

Una noche, el duende más travieso entró en una habitación forrada de terciopelo.
la dueña no estaba y puedo jugar toda la noche
con figuritas de porcelana y flores hechas de papel.
Cuando ya se iba, reparó en una hermosa caja, la abrió y dentro encontró un corazón.

El caso es que por culpa de un travieso duende,
el corazón de alguien descansa desde entonces en el fondo del pozo,
palpitando y esperando.

Cada otoño, todos los otoños, los árboles del bosque pierden sus hojas
 y a veces, cuando hay viento,
alguna se cuela en el pozo para ir cayendo poco a poco como una pluma
hasta lo más hondo
y allí se posa  con suavidad, como con miedo.

Con cada hoja que cae, el corazón va teniendo un colchón más mullido.
Con cada hoja, el corazón se acerca más a la salida.
Con mucho, mucho tiempo, y muchas, muchas hojas
el corazón volverá a la superficie donde alguien  lo encontrará.

Hasta entonces sigue latiendo, hasta entonces sigue esperando.





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